lunes, 6 de octubre de 2008

¿Cuándo casarse? III

Como ventajas de celebrar el la boda y el posterior banquete en forma de almuerzo destaca la de no obligar a los invitados foráneos a pernoctar con los inconvenientes que eso tiene, pudiendo volver a sus lugares de origen en el mismo día. Otra virtud es la poder ofrecer una comida más cargada que durante la noche, dónde los estómagos se resienten más.

Asimismo, los salones, carpas y haciendas suelen hacer mejores precios para el día que para la noche, que obliga a pagar más a empleados y servicio.

Pero esta elección suele venir ya decidida en muchas ocasiones por la combinación Iglesia-Ayuntamiento-Juzgado y restaurante o salón de banquetes, que ofrecen sus horarios libres y son los novios los que deben ajustarse a ellos. Recordemos que en ciertos templos con renombre hay listas de espera de años, y los hoteles de más prestigio tienen sus agendas comprometidas en iguales plazos.

La noche, además de su elegancia -lo que arrastra a la de los invitados- permite unir naturalmente el banquete con la posterior fiesta en forma de baile. En un almuerzo queda forzado ponerse a bailar a las 7 de la tarde. Por no citar que muchos invitados, si se hace en sábado, no tendrán que ausentarse de sus obligaciones laborales.

De cualquier manera, esta es una elección que debe tomarse atendiendo a las necesidades de organización, invitados y logística. Si queda margen para la elección, dependerá del gusto de los novios, como quieren pasar el día de su boda y cuanto quieren que dure toda la fiesta. Información de miboda.com.

- Raymundo Carrasco Arreola

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