Mayo, Junio y Septiembre, suelen estar masificados en cuanto a coincidencia de novios contrayendo matrimonio. Julio y Agosto también se eligen pero se procuran evitar por no entorpecer las vacaciones de los invitados, y no encarecer el viaje de los novios, que suele ser a continuación de la fecha nupcial, aunque no hay regla para ello. Abril y Octubre, principio y final del buen tiempo, están cogiendo carrerilla para situarse en las fechas de privilegio.
Pero nada garantiza el buen o mal tiempo, aunque siempre conviene cumplir con la tradición de llevar un presente al Convento de las Claras más cercano, antes huevos, pero las Madres hartas de ellos, prefieren dinero.
¿Qué día?
Indiscutiblemente las estrellas son los viernes y los sábados. Ello porque posibilita a los invitados no tener que guardar la compostura y horario del día laboral siguiente.
También es alternativo el domingo por la mañana. Las comuniones se realizan en ese día y no suele haber mayor problema.
Los demás días de la semana acostumbran a estar descartados por el motivo esgrimido, pero como en todo, la originalidad y las necesidades pueden imponerse, y obligar a muchos invitados a dedicar un día libre en su trabajo.
¿Mañana o tarde?
Esta es una de las decisiones que hay que tomar, aunque muchas veces la solución viene impuesta por las circunstancias.
La noche gana terreno al día. El final de la tarde se ha convertido en un lugar más mágico del día para las uniones y las posteriores celebraciones. El glamour de la noche no se puede comparar con el de la mañana, y los novios más elitistas lo prefieren sin pensar. Inf de miboda.com
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