Un buen maquillaje de novia debe conseguir tres propósitos: 1. Conseguir naturalidad y elegancia 2º disfrazar los defectos y ensalzar virtudes y 3º Que perdure a pesar del "maltrato" que sufrirá durante el día además de estar preparado para las diferentes luces del día: natural, focos, flash y luz artificial.
En efecto, un buen maquillaje no debe convertir a la novia en un auténtico "payaso", llena de estridencias en su cara, sino lograr un aspecto natural. El mejor maquillaje es que consigue la belleza sin que se note la existencia de maquillaje.
La cara deberá hidratarse convenientemente para poder aplicarlo. Excepto que la piel esté gravemente seca, se evitarán aceites porque estos producen brillos.
El siguiente paso será el aplicar una buena base de maquillaje de un tono mayor o menor al de la propia piel, salvo en las ojeras que será más claro y luminoso. El mejor color es el beige que es el más natural. En estos momentos hay que aplicar polvos para evitar los molestos brillos.
El maquillaje en si empieza por los ojos. Si la mirada es la mejor cualidad de la novia es imprescindible realzarla con gamas cobrizas, arena o pardas. Si la novia está morena un tono salmón, y si sus ojos son claros, un tono humo. Jamás conviene emplear tonos verdes o azules que no combinan con el blanco del vestido.
La máscara de las pestañas debe ser contundentemente oscura para captar el romanticismo de la mirada. Sobre el hueso de la ceja, una sombra blanca en piel clara o vainilla en oscura otorgan frescura y van a juego con el vestido de la novia. Las cejas no deben ser el centro de la cara por lo que hay que olvidar los lápices y acudir a las sombras.
Los defectillos del rostro se tapan con polvos correctores. Por ejemplo hay que aplicar corrector oscuro a la barbilla y más claro a los pómulos para las caras alargadas, sombreadas en las mandíbulas para las cuadradas y oscuro en la partes inferiores de las mejillas en las redondas.
El colorete que ilumina las mejillas y da sensación de alegría, será rosa-rosa en caras pálidas o rosa-melocotón en pieles mate.
En los labios hay que aplicar un perfilador difuminado, un color más fuerte en barra y un brillo de un color un tanto diferente. Mejor huir en ese día de tonos fuertes, eligiendo mejor los colores naturales y claros para lograr un aspecto limpio: rosas, marrones claros rosados, salmón, o melocotón. También es optativo usar un iluminador.
Para el maquillaje, aunque la novia tenga costumbre de hacérselo ella sola, ese día es preferible dejarse en las manos de un buen profesional que captará las necesidades de cada rostro de forma óptima, siempre imponiendo que no recargue ni haga artificial el maquillaje.
El peinado y tocado
Así como el maquillaje no debe resaltar, ni extrañar, la clave de ese día es cambiar el aspecto del peinado para que sí se note un look nuevo y radiante. Para elegir el peinado deben hacerse dos o tres pruebas de distintos peinados. Es importante hacer coincidir los días de los peinados de prueba con los de la prueba del vestido, porque debe valorarse el conjunto. El arreglo del cabello, por así decirlo, es parte del traje de novia y necesariamente debe ir a juego con él.
El mejor acabado del peinado es el fresco y natural, sin demasiada artificiosidad. Es importante no sentirse disfrazada. Un recogido, el pelo suelto o incluso una coleta, todo cabe si va con el estilo de la novia.
Si la novia va a llevar mechas o reflejos, conviene que se lo haga diez días antes para dar tiempo a lavar el cabello las suficientes veces para hacerlo más natural. Y unos meses antes de la boda, se puede probar con reflejos y ver el resultado.
Con el pelo corto, en caso de que la novia no quiera o pueda dejárselo largo, se pueden añadir extensiones en caso de querer hacerse un moño. Aunque también pueden darle volumen y ondularlo, o dotarlo de gomina .
Los clásicos recogidos deben hacerse de acuerdo a las características de la novia y del traje. Por ejemplo las caras redondas irán con volumen alto, las alargadas bajo y con flequillo. y las cuadradas con recogido grande y bajo. Respecto al traje, si existe un gran escote de espalda, moño bajo y alto si el cuello es cerrado.
Los semirecogidos con rizos sueltos aportan romanticismo a la novia. En cambio, si opta por el pelo suelto entero, debe procurarse que no tape en nada la cara, por lo que en realidad debe estar sólo aparentemente suelto, y sobre todo bien presentado.
Respecto del tocado, éste se debe prender al peinado, si e velo con peineta, si son flores con horquillas. La diadema, u otros adornos como joyas son menos aconsejados, aunque todo cabe si es del gusto de la novia. Lo principal es que no moleste y permita no estar todo el día pendiente de su buena colocación. Información de mi boda punto com.
- Raymundo Carrasco Arreola
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