viernes, 26 de septiembre de 2008

Financiación de la boda

La boda, ya sea en la Iglesia (dónde más gastos de producen) en Juzgado o Ayuntamiento, supone un alto coste económico que hay que tener previsto desde el principio: vestidos, peluquería y maquillaje, flores, fotografía y vídeo, banquete, música, viaje de novios, etc.

Hoy en día el coste de una boda media suele superar con creces los 12.000 euros. En consecuencia hay que prever de donde va a venir el dinero para pagar cada uno de los gastos.

Si nos atenemos a la tradición, el novio (su familia) compraba el ramo nupcial, pagaba el viaje de novios y aportaba la casa conyugal. Toda la ceremonia, el vestido, adornos, invitaciones, fotos y demás costos de la ceremonia iban a cargo de la familia de la novia.

Actualmente estas costumbres han perdido vigor, excepto la de que el vestido de novia lo sufragan los padres de la novia.

Lo normal y más lógico es que ciertos costos comunes como pueden ser los de la ceremonia, fotografía, decoración floral, música y viaje de novios se pague a medias, bien sea por los novios o por los padres.

Los vestidos y cuidados personales para ese día correrían a cargo de cada novio. En cuanto al banquete, la parte más gravosa, cada parte pagaría de acuerdo a la división de invitados, dejando un fondo común para amigos de ambos.

Pago de los propios novios

Respecto a la división padres-novios, en la actualidad, la media de edad de los contrayentes se ha elevado mucho y estos ya suelen gozar de una capacidad económica tal que les permiten costear la totalidad de la boda, dejando a los padres el gasto de trajes y del convite de familiares más lejanos de cada parte.
Asimismo, ya es está plenamente aceptado que los invitados realicen su regalo directamente en dinero en efectivo, lo que es más práctico para todos, alejando la idea de recibir regalos inútiles, repetidos y hasta ridículamente de mal gusto. Por ello, esta vía se ha convertido en la forma habitual de financiación de las bodas, dejando beneficios para viajes y decoración del futuro o presente hogar.

No hay que olvidar que debido a ese aumento de la edad media de los novios, suelen tener ya una casa ya decorada y equipada, por lo que los clásicos regalos de decoración sobran. Y si no es así, es preferible que los novios elijan a partir del dinero recibido, todo aquello con lo que quieren vivir. Es clásico odiar ciertos elementos como jarrones, porcelanas o alfombras que hay que mantener en el hogar por si acaso se recibe la visita del regalador de turno.

Y si no se cuenta con suficientes posibilidades presentes o futuras, siempre se pueden recortar los gastos ahorrando en cada uno de los aspectos: vestido mas económico o alquilado, fotografías y vídeo realizado por amigos (para ello hay que elegir una parroquia que lo permita), decoración básica, y convite "íntimo" con los invitados especialmente allegados.
Por último, reseñar que es posible solicitar un crédito bancario para financiar y pagar la boda. Pero esto hay que hacerlo como último recurso, bien previendo que con los regalos en metálico se puede devolver, o aplazándolo varios meses o años. Puede pensarse que si el matrimonio ya tiene una deuda hipotecaria, no pasa nada por aumentarla un poco con un crédito de tamaño medio o pequeño. Obviamente, lo ideal es comenzar la relación libre de cargas, pero no siempre es posible.

En cualquier caso, siempre es oportuno realizar el presupuesto de bodas con mucha flexibilidad porque siempre habrá sopresas en forma de gastos de última hora. Información de miboda.com.
- Raymundo Carrasco Arreola

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